El estrés por calor: ¿un problema estacional o diario?
El estrés por calor se produce cuando la temperatura exterior sobrepasa la zona de confort térmico de la cerda (16 - 22°C). El ‘estrés por calor’ es el proceso por el cual los nutrientes habitualmente destinados a la producción de leche, carne o a la reproducción cambian de función para dedicarse al mantenimiento de una temperatura constante del cuerpo. Esto muestra el efecto negativo que tiene en el animal y en su producción.
Las reacciones fisiológicas del animal durante el estrés por calor son, entre otras, el aceleramiento de la frecuencia respiratoria y un aumento de la permeabilidad del intestino delgado. La humedad, el periodo durante el cual tiene lugar el estrés por calor y su duración son sólo algunos de los elementos que afectan la reproducción. Las repercusiones económicas son considerables.
Los datos científicos muestran que el índice de reproducción empieza a verse negativamente afectado a partir de una temperatura exterior de 19.2 ° C. A partir de 21.7 ° C, el tamaño de la camada empieza a sufrir y, a partir de 22°C, el impacto se extiende a la producción de leche, el consumo de alimento y el peso del destete. Es importante tener en cuenta que incluso en un clima templado, las temperaturas en el establo de parto varían entre 21 y 35 ° C.
Las cerdas inseminadas entre junio y noviembre (en el hemisferio norte) tienen un índice de parto de un 5% menor. El 2019 fue un perfecto ejemplo de ello. Por lo tanto, la fertilidad no se ve afectada solamente en días de verano calorosos. El enfriamiento y la ventilación raramente aseguran la temperatura requerida para un óptimo rendimiento. Esto impacta en el índice de parto: un índice medio del 85% en 2019, con el 60% de las granjas por debajo del 87%, lo confirma.
Durante el estrés por calor, los cambios hormonales en el animal acentúan el balance energético negativo. Se produce una resistencia parcial a la insulina y, como resultado, el factor de crecimiento IGF-1, producido por el propio cuerpo, disminuye. La disminución tanto de energía disponible como de IGF-1 lleva a un menor crecimiento de folículo y a una reducción del índice de parto.
Lianol compensa este balance energético negativo e incrementa el factor IGF-1. Este metabolito natural, que proviene de un proceso patentado de fermentación, ofrece una solución decisiva: apoya el sistema inmune y estimula la producción del factor corporal IGF-1. Lianol es, por tanto, un producto excelente para optimizar y apoyar continuamente la gestión de la condición física de toda la piara.